Al niño que todos llevamos dentro y nos permite disfrutar del ajedrez, sin importar la edad.
Espero que todos los días del año los disfruten como si fueran festivos, con esa pasión e ímpetu por la vida que los niños nos trasmiten.
Este es mi pequeño Luis Alfonso cuando era un bebé y llegaba a mi escuela a aventar las piezas.
Tenía tan solo 5 meses de edad y ya le gustaba el ajedrez. Espero que le dure el gusto toda la vida
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