lunes, agosto 13, 2007

¿Será cierto lo que le pasa a Susanita?

La caricatura de Mafalda la puse precisamente por que muestra de un modo gracioso una de nuestras tantas verdades como ajedrecistas: la distracción.

Hace algunos años, iba en el transporte público hacia un torneo del Club de Ajedrez de aqui de Durango y venia escuchando una canción que ahora lo único que recuerdo que decía es "moviendo el esqueleto" con un ritmo pegajoso.

Llegando al club y sentarme frente a mi partida, simplemente ¡no me pude quitar de la mente la canción! durante las 5 horas que duró la partida, fue una especie de tortura con baile incluido.

Ahora en las ocasiones que llego a tener una canción en mente trato que sea de Mozart por lo menos, es menos bailador y puedo estar sentada pensando en las jugadas.

La verdad es que ya comence a aprender a identificar cuando algo quiere "pegárseme" y a desecharlo antes.

A ustedes, ¿qué cosas curiosas les ha pasado?

1 comentario:

Manuel "el ruso" García dijo...

Hola Alejandra:

(No te digo Ale porque sólo habremos cruzado un par de palabras, y hará unos diez o 15 años. Si mal no recuerdo, una vez llegaste a un club de la ciudad de México acompañada de Omar Sandoval. Él se dedicó a quién sabe qué asuntos y tú llegaste a retar a donde estábamos tres amigos y yo. Inmediatamente entre mis cuates se instauró un silencio, más expectante que respetuoso. A uno le planteaste - de nuevo, si mal no recuerdo - una francesa y la partida terminó en tablas. Como mi amigo llevaba blancas, me tuvo que ceder su lugar y me tocó entonces enfrentarte. Perdí por tiempo una partida pareja de maniobras - sólo recuerdo que llegamos a un final cada quien con dos caballos - y perdí por tiempo. Luego te levantaste porque alguien te llamó. Lo que más recuerdo de aquella ocasión es el empuje y la concentración con que jugaste ambos pimpones; era evidente que querías ganar, y en serio. Mis amigos - de los tres sólo uno sigue siéndolo - son de familias conservadoras o muy conservadoras, y por ende no vieron a una persona que juega ajedrez, sino a una mujer que retó a tres hombres, por lo que derrotarte era cuestión de virilidad. Este tema se discutió extensamente pero a media voz en cuanto te alejaste de la mesa... ¿estaré envejeciendo? ¿por qué me da por rememorar casi con nostalgia? ¿seré simplemente un payaso? Uy. Fin de la disgresión)

Regresando al tema del correo, pues precisamente hace poco escribí sobre esas palabras que se te meten en la cabeza y que ahí se quedan, dando vueltas y enredándose en cuanto asunto, importante o no, tengamos en mente.

Un saludo

Manuel